Historia del foro || Importante

“La propuesta”
Dos poderosos hechiceros se alzan por sobre toda la camada, aquellos que estaban escondidos en los suburbios de las grandes ciudades, amuralladas y gobernada por reyes competentes e incompetentes. Merlín decidió acoger a aquellos que poseían magia; él creía que el mundo podía convertirse en algo bondadoso y misericordioso si los hechiceros se unían, compartían sus sabidurías y luchaban contra el mal.
Fue así que mientras comenzaba con su búsqueda, se encontró con Morgana, una curandera que decía que los dioses le daban el poder para recuperar a las personas. Merlín se hizo pasar por un viejo enfermo para acercarse a ella y descubre que lo que dice aquella no era más que mentiras, la joven de cabellos oscuros sabía más de lo que decía y poseía un poder único que la llevaría a la gloria, siempre y cuando utilizará sus poderes correctamente.
Cuando la visitó por segunda vez, no llevaba el atuendo de anciano, si no que ahora se veía como un autentico hechicero, aquel que tenía un prestigio entre los reyes, aunque mejor que nadie sabía que le temían, y uno de sus grandes propósitos era que los humanos que preferían vivir en la ignorancia y en el temor, se dieran cuenta de que tener poderes mágicos no eran signos demoníacos. Se acercó a Morgana diciéndole la verdad, su propósito y su fin.
-¿Qué te hace pensar, Merlín que yo quiero formar parte de eso?- Le dijo Morgana mientras se alejaba de él con una mirada crítica y amenazadora. De todas formas el hombre se limito a dedicarle una media sonrisa y tomo asiento cerca del fuego.
-Porque sé Morgana que no quieres vivir eternamente entre la oscuridad de está cueva, porque sé que por más que seas una gran hechicera, quieres gloria y fama. Yo puedo darte todo eso, un lugar cálido sin que tengas que escaparte de tus persecutores, sin la necesidad de sufrir en silencio y un lugar donde puedas aprender más. Quiero que te conviertas en mi discípula- Concluyó el mago mientras le dirigía una mirada cantarina, descubriendo cada reacción de Morgana.
La mujer de cabellos oscuros y de ojos violáceos, lo miró consternada y sorprendida, no comprendía el motivo por el cual un hombre tan maravilloso y magnifico como él quisiera acogerla para enseñarle sus más íntimos secretos. Vaciló por un momento, deseosa de hacerle esperar una respuesta, pero algo dentro de ella le decía que Merlín mejor que nadie sabía la respuesta antes de que ella lo dejará escapar de sus labios entre abiertos. Asintió, por fin, con la cabeza, aceptando el trato que él le estaba proponiendo, un lugar donde no tendría que escapar nunca más, un sitio cálido donde iba a ser reconocida y no acosada. Una oportunidad como pocas que no iba a dejar escapar.

“La traición”
Merlín y Morgana vivían en armonía en la fortaleza alejada de todos los seres humanos quienes temían de la magia, pero aún así ambos se habían hecho de un prestigio que el miedo se iba perdiendo poco a poco. Todavía existía la mirada de desconfianza de los civiles, y algunos reyes desconfiaban de sus palabras sabias. Merlín le enseñó a su discípula a leer el futuro y muchas veces predecirla no era grato, a veces decían cosas trágicas, muertes inminentes y en otras nacimientos felices, guerras ganadas, etc. Gracias a ese poder ambos fueron siempre convocados a los reinos próximos y alejados para sus palabras sabias y Merlín comprendió que sus conocimientos debían ser abiertos para todo aquellos que tuvieran magia. Morgana destetó el comentario, tan solo la remota idea de que otros compartieras sus conocimientos le parecía absurdo y grosero.
-Hay gente que posee poderes increíbles y es el momento de que nosotros también compartamos nuestros conocimientos a quiénes realmente puedan tener el don de la magia.
-Me niego rotundamente Merlín, nosotros podemos con todo esto ¿Por qué necesitas que alguien más adquiera nuestros secretos?.
Pero la última palabra siempre la tenía él y Morgana no tuvo opción que aceptar las condiciones que este imponía.
Fue así que la fortaleza roja se convirtió en un pequeño lugar en donde albergaban jóvenes con dones para la magia, allí donde Merlín y Morgana enseñaban sus más remotos secretos. No cualquiera podía entrar, al menos ella pudo colocar esa cláusula. Los que estaban aptos para la magia y aquellos que poseían ganas de aprender.
Merlín admiraba a tres jóvenes, Luther, Verónica y Brandon, aquellos que tenían poder suficiente para hacer lo que quisieran el día que decidieran marcharse de la fortaleza roja, pero Morgana los destetaba, ya comenzaba a fastidiarse de tener siempre gente que no tuviera el poder suficiente para vencerla, hastiada de tener que enseñarles sus conocimiento y lo que más odiaba era que todo los poderes mágicos, su magia era utilizada únicamente con fines bondadoso. Ya había pasado suficiente en donde la Morgana gentil gobernaba su alma oscura, quería liberarse de las cadenas opresoras de Merlín.
Una noche, descubrió que entre Luther y Verónica sucedía algo más que una compañía amistosa y se percató que Brandon también se había enamorado de la misma mujer. Vio la oportunidad no sólo de separarse del hechicero que ahora odiaba con toda su alma, si no que también podía arrastrarlo consigo a uno de los tres hechiceros más poderosos.
-Brandon- Comenzó diciendo Morgana mientras caminaba a su alrededor, fingiendo estar consternada después de contarle lo que había visto –Es tiempo de separarnos de ellos y comenzar, despacio con nuestra venganza. Te colocó un peso muy grande sobre tus hombros, debes encontrar a aquellos estudiantes de Merlín que posean un poder superior a los mozalbetes que tiene bajo su ala y traerlos de nuestra parte.
-Si, mi señora- Y aunque tenía el corazón herido, decidió que Morgana tenía razón, con ella sus poderes su multiplicarían y podía asesinar a Luther.
Una noche Morgana, Brandon y algunos discípulos de la hechicera se marcharon para siempre de la fortaleza roja, debilitándola un poco más.

“La magia no es oscura, simplemente el corazón del hechicero lo es”

La fortaleza roja se armo nuevamente con discípulos, ya no era necesario que fueran los mejores, simplemente que tuvieran un alma pura y estuviera deseosos de aprender. La huída de Morgana causo una molestia en Merlín, quién había confiado ciegamente en la hechicera, admitía que estaba dolido por su traición, pero también le era difícil admitir que sentía terror si en algún momento ella decidiera atacarlo. Comprendía que Morgana había avanzado mucho los años que ella había sido su aprendiz y como decía el dicho “El alumno supera al maestro”.
-Se acerca una tormenta- Luther se giró para verlo a Merlín quién estaba absorto leyendo un libro, aquellos años llevaba la barba larga y pulcra, con el cabello largo hasta la cintura, aquel aspecto lo hacía lucir más viejo, pero todos sabían que aquel no era capaz de envejecer, el mismo Luther había visto como preparaba la infusión que tomaba a diario.
-De todas formas se celebrará tu matrimonio con la hermosa Verónica o ¿Ya estás asustado?.
Luther asintió con la cabeza, después de muchos años proclamándole el amor a la hechicera, se había decidido a casarse con ella y aquel era el día.
La boda se llevo a cabo en el jardín de la fortaleza roja, estaban todos invitados y a pesar de que pronto caería un aguacero, nadie iba a mermar la celebración.
Los rayos se intensificaron, cuando Verónica se acerco y tomo la mano de Luther, aquello no era normal.
-Qué agradable que estemos todos aquí- Comentó el hechicero Merlín mientras se levantaba de su asiento y le dirigía una mirada sabia a la hechicera que sonreía. Del lado izquierdo estaba Brandon, con una mirada perspicaz, pero con el corazón roto y a la derecha de Morgana una mujer que Merlín conocía como Circe.
-No ha llegado la invitación, a menos que el vocero se haya perdido en el camino- Hablaba con tono irónica, mientras caminaba con paso grácil y movía su vestido negro –O no saben donde queda el Castillo susurrante.
El castillo susurrante estaba muy alejado de la fortaleza roja, allí donde nadie, ni siquiera la persona más valiente se atrevía a pasar. Se corría el rumor de que existían fantasmas, pero claramente nadie podía dar fe de aquello debido a que nadie salía vivo de allí. Morgana se encargaba de aniquilar aquellos que importunaran su paz.
Merlín no dijo nada, descubrió que ella siempre había sido la misma alma oscura y se arrepentía de haberle enseñado sus más oscuros secretos de la magia.
-Nuestro gran hechicero se ha quedado sin habla- dejo escapar una estridente carcajada y comenzó una guerra sin fin, entre los Morganos (Partidarios de Morgana) y los Merlinianos (Partidarios de Merlín).
Luther y Verónica lucharon contra Morgana y Brandon, pero estos eran mucho más fuerte y entre hechizos y hechizos, Verónica cae de rodillas al suelo, con los ojos perdidos y pálida
-La muerte- Rompió en una carcajada ahogada en su propia sangre; Luther corrió a sostenerla, pero ya era demasiado tarde, la hechicera ya había muerto.
Merlín se quedo absorto ¿Cómo era que ambos que antes estaban con el bien se hubieran pasado al lado oscuro?
El hechicero decidió que para que todo esto culminará él y ella tenían que desaparecer. El cielo se despejo, transformándolo en un cielo rojo sangre. Merlín comenzó a pronunciar palabras, aquellas que Morgana entendió a la perfección, vocifero órdenes a los Morganos, pero nadie pudo llegar. Un destello de luz se abrió del pecho de la hechicera y tras un estallido, ambos desaparecieron.
Brandon y los demás Morganos, escaparon sin remedio, dejando la soledad y la desolación de Luther y de los Merlinianos.

Actualidad “En busca de almas perdidas”

Dos décadas después de la desaparición de Morgana y Merlín, la fortaleza roja volvió a brillar con todo su esplendor, todos los hechiceros se concentraban allí para aprender de lo que Merlín había dejado. Ahora quién se encontraba a cargo era Luther.
Sabía que el castillo susurrante también tenía reclutas, hechiceros y magos tan oscuros como el alma de Brandon y que este estaba a cargo, en la búsqueda de Morgana. Luther no pretendía quedarse atrás y también se dispuso a buscar a Merlín, pero se le estaba haciendo difícil.
Mientras tanto lejos de la fortaleza roja, Brandon y su sequito de Morganos están moviendo hilos, el mismo hechicero mejor que nadie sabe que el rey del Sur tiene un secreto en especial que puede sucumbir con su reino, decide que para poder realizar sus fines, deberá usar sus trucos para conseguir un ejército. Envía a Belbeth a que hable con el rey. Este se niega rotundamente, hasta que ella le susurra en el oído el secreto más tenebroso que ella sabe de él. Robert la observó horrorizado, el aliarse y abrirle siempre las puertas a los del castillo susurrante no había sido un movimiento muy sabio, acababa de comprenderlo y ante semejante presión aceptó prestarle todos los servicios que le fueran necesarias.
Brandon viajará al Este a hablar con el rey joven, tratándolo de convencer de que alié sus fuerzas con él.
A los oídos de Luther llegan aquellos rumores y decide enviar a su mano derecha, Angela, no sólo para que fuera consejera y oídos dentro del consejo del rey de su entorno, si no para que este decida unir sus fuerzas con la fortaleza roja.


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